Todos quisimos
crecer, algunos quieren morir, pero nadie quiere envejecer…
Todos decimos
que queremos vivir mucho y bien… ¡Qué bien!, pero…
Prof. Dr. Hugo ValderramaMédico
geriatra y gerontólogo
hv@cuidadoresdeancianos.com
En Argentina, mucha gente no asume que si no morimos cuando
debiéramos, lo que sigue puede ser muy complicado para nosotros y para nuestros
hijos. Me refiero a las discapacidades físicas por el simple efecto del paso
del tiempo y a las cognitivas, por el mismo envejecimiento o por patologías como las demencias.
Cuando una persona
padece una demencia como la de Alzheimer, sufre cambios en el tejido vital de ciertas partes de su cerebro, que son
reemplazadas por sustancias de desecho (amiloide) y una pérdida progresiva y constante,
de una sustancia química (neurotransmisor),
vital para el funcionamiento cerebral llamada acetilcolina, todo lo
cual afecta las actividades mentales
vinculadas al aprendizaje, la memoria , el pensamiento., el lenguaje, el juicio
y el comportamiento.
Existen fármacos,
que si bien no la curan, permiten mejorar la intensidad de los síntomas y hasta
enlentecer el avance de la enfermedad
La estimulación cognitiva, la terapia ocupacional, la musicoterapia y las actividades físicas, entre
otras, también forman parte del tratamiento.
La gimnasia
cerebral, la actividad física y una adecuada alimentación, pueden colaborar y
disminuir la posibilidad de desarrollar esta enfermedad. La vitamina B12, B3, C
y el DHA (ácido graso de la familia de los Omega-3) parecen estar relacionados
con esta reducción.
Cuando se la
diagnostica, el comienzo suele ser de entre
3 y 6 años previos, habitualmente porque las familias de los mayores afectados,
atribuyen los síntomas a la vejez, o simplemente, les cuesta aceptar la
posibilidad de que el ser querido tenga una demencia.
Así transcurre el tiempo, cambiando de médicos,
entre estudios y prueba de medicamentos, incorporando cuidadores de apoyo a la
familia, muchas veces entre discusiones familiares por la distribución de la carga
de los cuidados y sus costos, entre otros; pero sin enfrentar concretamente el
problema, asesorarse con un especialista
en el tema y elaborar estrategias de
contención , asistencia y cuidados, no sólo para al anciano, sino también para
su familia cuidadora, a fin de hacer frente con dignidad y profesionalismo las etapas que siguen hacia
adelante.(Se debe considerar en las
proyecciones, que la enfermedad de Alzheimer tiene una expectativa muy variable
de vida de entre 2 y 15 años aproximadamente)
.
Las demencias
afectan a 44 millones de personas en el mundo y se calcula que la cifra podría
triplicarse en 2050 y llegar a los 135 millones.
El nuevo informe
de la Alzheimer Disease International, dejó sentado que la demencia aumentó en
un 22% en los últimos 3 años.
EEUU en abril de 2013, anunció a través de Barack Obama ,el inicio de la batalla contra las enfermedades
degenerativas del cerebro, invirtiendo 300 millones de dólares anuales en
investigación y recientemente el G8 ,
reunido en Inglaterra por la
problemática que representan las demencias para la salud, la sociedad y la economía , invertirá 200
millones de dólares anuales en investigación a fin de evitar el desastre
socioeconómico sanitario que se predice para el 2050.El objetivo es llegar al
2025 habiendo encontrado la solución al flagelo.
En
Argentina, el Alzheimer afecta
aproximadamente a 400 mil personas
y según las distintas fuentes, al 5% de hombres y mujeres entre 65 y 74 años y entre el 30 y 40 %.de los mayores de 85 años. La prevalencia
en mayores de 65 años está estimada en
12 a 15 casos nuevos por cada 1.000 habitantes.
Por otra parte las estadísticas vitales del Ministerio de Salud de
la Nación , informan que la mortalidad por
demencias creció al 30% en los últimos 10 años.
Más
allá de los pacientes, sus familiares y cuidadores deben enfrentar
una importante carga económica y muchas veces, la pérdida de la calidad de
vida.
Los costos directos de la demencia se asocian
con las prestaciones médicas, kinesiológicas, de terapia ocupacional, medicamentos,
estudios de diagnóstico, internaciones sanatoriales, pago de cuidadores
externos, establecimientos geriátricos, pañales, colchones de presión
alternante etc., y los indirectos se
deben contabilizar a partir del lucro cesante, pérdida del trabajo o abandono
del estudio y muchas veces de las vinculaciones sociales que afectan la vida de
los cuidadores familiares principales.
La mayoría de los gastos directos son
afrontados por las familias (gastos de
bolsillo).
Los
costos indirectos representan aproximadamente el 60% del total de egresos en
los pacientes no institucionalizados, y aumentan a medida que se agrava la
enfermedad. En los casos muy graves, el gasto indirecto es menor, debido a la
institucionalización del paciente.
En nuestro país , en 2006 , los costos
anuales del cuidado de los pacientes dementes, eran : costos directos en pacientes leves (se
incrementaban con el deterioro cognitivo) U$S 3.421,40, y U$S 9.657,6 en graves .
En
pacientes ambulatorios los costos eran de U$S 3.189,20 y en institucionalizados
en geriátricos de U$S y a 14.447,68.
Estos
datos permiten mostrar la carga que impone la enfermedad a nivel social,
familiar y económico en nuestro medio y la necesidad de desarrollar políticas
de sociosanitarias para dar respuesta a la sociedad en su conjunto, porque
detrás de cada anciano hay una familia que vela por él.
La legislación a nivel Nacional y Provincial
en vigencia, es poco específica e insuficiente respecto de la formación,
acreditación y auditoría de los servicios de cuidadores formales y existe una total carencia de información y formación
para cuidadores familiares.
En este sentido, es primordial desarrollar
programas integrales de prevención, diagnóstico y tratamiento de las demencias
en el sistema de salud, trabajando en interdisciplina con todos los integrantes
de los equipos de salud y de acción social, pero el primer paso es el de la
concientización de las autoridades de gobierno
y la capacitación de los
profesionales que asisten a adultos mayores, tanto en la formación de grado como
en los posgrados (gerontologización de los profesionales ), sin olvidar a los
integrantes de las ONG que prestan servicios o contienen de alguna forma a
personas mayores con necesidades básicas insatisfechas.
Bibliografía
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detener ...www.infobae.com/.../1510309-alzheimer-la-nueva-epidemia-que-los-cie...
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5.Foro de Investigaciónen Salud de Argentina.
Estado de conocimiento y agenda de prioridades para la toma de decisiones en
Enfermedades Neurológicas. Alzheimer y Otras . Demencias en Argentina
Alzheimer - Comisión Nacional Salud
Investigawww.saludinvestiga.org.ar/pdf/policy-brief/2008-alzheimer.pdf
Prof. Dr.
Hugo Valderrama
Médico
geriatra y gerontólogo
hv@cuidadoresdeancianos.com
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